Outfit del día: Look para ir al parque, park outfit
Hace 3 años tuve la oportunidad de ir a Brasil por primera
vez en mi vida, pase dos semanas en la zona norte de Brasil en una ciudad llama
Salvador, Bahía. Y después estuve en Río de Janeiro por casi 2 semanas, durante
esas dos semanas estuve hospedada en un Hostel ubicado en Copacabana. Aún
recuerdo la primera vez que vi la playa, me quedé sin aliento era tan hermosa
que parecía una postal, mis ojos no podían creer cuanto color y belleza se
podía observar en el horizonte. Estuve en varios lugares durante esos días pero
sobre todo en las playas de Copacabana e Ipanema. A unos cuantos días de
regresar a mi país, el dinero comenzó a escasear por lo que tuve que elegir
entre ir a visitar el Cristo o el "Pão de Açúcar", fue difícil
pero elegí ir a ver al Cristo y la verdad es que no me arrepentí de esa
decisión ya que es uno de los más grandes iconos a nivel mundial y por supuesto
una maravilla que no puedes perderte.
Bien dicen que la vida siempre te da revanchas ya que tres
años más tarde tendría la oportunidad de repetir la hazaña de regresar a mi
querido Brasil. De nuevo estuve mis primeros días en Salvador, Bahía que en
realidad fueron 3 semanas disfrutando de las playas, los partidos de fútbol y
por supuesto la compañía de mis queridos amigos bahianos. Pero era hora de
regresar a tan maravillosa ciudad de Río de Janeiro, recuerdo que tomé uno de
los vuelos nocturnos. El avión comenzó a hacer las vueltas requeridas para
aterrizar en Río, cuando el estadio maracaná empezó a brillar a lo lejos y es
que en ese instante estaba terminando la ceremonia de cierre de los Juegos Olímpicos
Rio 2016. En el aeropuerto pedí un taxi que me llevo directo al Hostel donde me
iba a hospedar las siguientes 3 noches. Era un hostel de una cadena conocida
pero de una ubicación completamente nueva ya que se encontraba ubicado a 2
cuadras de la playa de Ipanema y a una cuadra del famoso restaurante “Garota de
Ipanema” tenía una ubicación inmejorable. Las instalaciones completamente
nuevas, me llevaron al cuarto de chicas donde habían argentinas que habían sido
voluntarias en los juegos olímpicos. Ya no recuerdo nada más, me quede dormida
luego de hablar con mis compañeras de cuarto, es que estaba cansada y al día
siguiente quería disfrutar por completo de las playas de Río.
Al día siguiente amaneció lloviendo y tal parece que al
terminar los juegos olímpicos el sol se dio unas pequeñas vacaciones. Desayune
y sin importar el clima decidí aventurarme por las playas en las que había
pasado tanto tiempo hace tres años. Ipanema sin sol no se ve igual, faltaba la
hermosura del horizonte alumbrado por el sol, camine durante horas por que
según recordaba las playas no se encontraban tan lejos, la sed, el cansancio y
la ampolla en mi pie parecían decir lo contrario. Al fin llegué a Copacabana
hermosa como la recordaba, camine en toda la orilla y recordé que por las
calles de Ipanema se encontraba una pequeña tienda en donde vendían una gran
variedad de dulce típicos brasileños así que decidí aventurarme a encontrarla.
De nuevo camine durante un par de horas hasta que por fin allí estaba, esa
pequeña tienda igual a como la recordaba, en tres años no había cambiado nada.
Entre probé dulces, los compre y para mi sorpresa más tarde me daría cuenta que
no habían sido suficientes. De regreso a la playa de Copacabana el hambre empezó
a invadirme y con razón, habían pasado 5 horas desde que salí del hostel para
caminar por las playas de Ipanema y Copacabana.
Entre a un restaurante Buffet donde cobran dependiendo del peso del
plato, por lo que agarre un plato y comencé a servir ensalada, mucha ensalada,
frutas, frijoles y alguna carne que no recuerdo y comí. Al viajar sola te
arriesgas a este tipo de cosas, que algunas comidas las tienes que hacer sola,
sin embargo tenía tanta hambre que al final no me importó tanto y los meseros
se portaron muy amables conmigo, así que no tengo nada de que quejarme. Al
salir del restaurante me quedaban un par de horas que caminar para regresar al
Hostel. De nuevo camine en la orilla de la playa y el sol aún brillaba por su
ausencia, de hecho en algunos momentos una pequeña lluvia hacia que todos
salieran corriendo y se resguardaran bajo algún techo.
Al fin llegué al Hostel cansada, un poco mojada, con muchas
bolsas de las cosas que había comprado y varias botellas de agua pura ya que
allí no había. Descanse un rato pero sabía que solo tenía que ser un rato ya
que estaba en Río y la noche era joven. Tiempo después llego una chica de
México que me dijo que había llegado tarde la noche anterior y que por eso no
nos conocíamos entonces con ella hicimos planes para salir esa noche, que
felicidad ahora ya tenía compañera de aventuras en Río.
Estuvimos planeando como pasaríamos el día siguiente en Río
y ella me dijo tengo ganas de ir al "Pão de Açúcar", y yo dije muy
feliz respondí por supuesto tenemos que ir. Al día siguiente nos levantamos
temprano en busca de aventuras, desayunamos y emprendimos la marcha hacia el "Pão
de Açúcar", ella con su GPS y yo despreocupada tomamos un bus que se fue
casi volando y en unos 45 minutos ya estábamos en las cercanías del "Pão
de Açúcar". Entramos y pagamos nuestro boleto e hicimos cola ya que en
pocos minutos llegaría el teleférico que nos llevaría a la cima para apreciar
la vista que allí se tiene. Los
brasileños dicen que esa montaña parece un pan de azúcar y por eso le pusieron
ese nombre. En la cima solo te queda disfrutar de la vista con el paisaje
de Rio. Además hay un sendero en el que pudimos observar unos pequeños monos
muy amigables con los visitantes.
En cuanto a mi look utilice unos jeans azules con una blusa estilo over-size estampada con una moña en la parte de enfrente. Y un sweater rosado.
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